La muerte de Suzanne Rees , una mujer de 80 años abandonada por el crucero Coral Adventurer en la isla Lizard , un territorio remoto y de acceso restringido en plena Gran Barrera de Coral australiana, provocó conmoción y una oleada de cuestionamientos sobre los protocolos en la industria de cruceros.

Esta isla, reconocida por su riqueza natural y su aislamiento , representaba una escala exclusiva dentro de la travesía, pero su lejanía de centros urbanos y servicios de emergencia amplificó la gravedad de lo sucedido.

La familia de Rees denuncia negligencia de la empresa, mientras que las autoridades australianas han abierto investigaciones para determinar las causas del suceso, según informaron The Guardian y BBC News .

Denuncia de falta de atención y sentido común

El drama

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