El miedo se ha instalado entre parte de la diáspora nicaragüense radicada en Costa Rica. Así lo afirman Joshwell Martínez y Adrián Meza, representantes de dos oleadas distintas de exiliados, ambos acusados por el régimen del presidente Daniel Ortega y unidos por un mismo sentimiento de temor y cautela ante las tácticas de represión extrafronterizas.

Los dos coinciden en que el principal detonante de este ambiente entre refugiados nicaragüenses fue el asesinato del mayor retirado del Ejército Nacional de Nicaragua Roberto Samcam, crítico de Ortega, el 19 de junio en San José, cuando un hombre ingresó al complejo de apartamentos donde vivía y le disparó al menos ocho veces.

Samcam estaba exiliado en Costa Rica desde 2018 y fue uno de los 94 nicaragüenses desnacionalizados por el régimen en

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