Detrás del clásico farol tallado hay una historia que mezcla celebraciones agrícolas, creencias populares y literatura: de los nabos y remolachas de Samhain a las calabazas norteamericanas, el símbolo evolucionó durante siglos hasta volverse emblema de Halloween.
Durante décadas, tallar calabazas ha sido una tradición otoñal muy querida en Estados Unidos, pero su origen se remonta a las viejas costumbres europeas más que a relatos modernos de terror.
El gesto de usar un fruto o tubérculo redondo para representar un rostro humano aparece en culturas celtas del norte de Europa y cobró fuerza durante la fiesta de Samhain (1 de noviembre), cuya víspera se creía que acercaba a vivos y muertos. Para espantar almas inquietas, la gente se disfrazaba y tallaba caras aterradoras en remolachas, pap

El Tiempo Cultura

El Nuevo Día CO
El País
Diario del Sur
El Colombiano
The Intercept
MENZMAG
Atlanta Black Star Entertainment