Dieciséis años después, una densa columna de humo ensombreció otra parte de Hermosillo. Hizo aullar las sirenas, detonó los gritos de terror, convirtió a hombres, mujeres y niños en teas humanas, o los asfixió, intoxicándolos de gases venenosos en la desesperación por abandonar aquel pandemonio, reino de la confusión y el caos en que se convirtió un establecimiento comercial en el que inopinadamente realizaban algunas compras.

23 muertos ¡23 muertos, carajo!, y doce lesionados fue el saldo del incendio en la tienda Waldos, una exitosa franquicia que tiene más de 900 sucursales en todo México, 68 de ellas en Sonora; allí se venden productos para un mercado popular, de bajo presupuesto, en su mayoría traídos desde China, pero también de EEUU.

Fin de semana, días de pago y vísperas del Día

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