Durante años, Brucelee Bermudo Guerra aparentó ser un empresario y político local en Sivia, Ayacucho, en plena zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), el principal enclave cocalero del Perú. En 2022 incluso intentó llegar a la alcaldía distrital, pero detrás de su imagen pública se ocultaba un entramado criminal de alcance continental.

La Dirección Antidrogas (Dirandro) lo señala como el cabecilla de una red dedicada al acopio y exportación de cocaína de alta pureza, cuyo destino final era México y Estados Unidos. Según las investigaciones, Bermudo coordinaba directamente con un poderoso cártel mexicano. En octubre de 2024 fue detenido en Amazonas, aunque una decisión judicial posterior le permitió continuar el proceso en libertad, pese a que la DEA había solicit

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