A los 16 años, Ivonne Cruz se sentía sin esperanza. Era madre soltera y una inmigrante indocumentada, trabajando en la caja registradora de un McDonald's de Dallas. Sus opciones de carrera parecían escasas, pero se dijo a sí misma que si trabajaba lo suficientemente duro, podría lograr su sueño de convertirse en enfermera.

“Pensé para mí misma: simplemente no puedo sobrevivir con un salario de $7.25 por hora. Así que voy a comenzar a obtener un título universitario a pesar de ser indocumentada, con la esperanza de que eventualmente obtendría un mejor trabajo”, dijo Cruz.

Quince años después, Cruz, de 31 años, quien nació en la Ciudad de México y creció en Dallas, trabaja como enfermera practicante para un doctor que es uno de los pocos especialistas en su campo en Texas.

Ese viaje comen

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