TEOTIHUACÁN- Fue una metrópolis de la antigua América, una ciudad en la que vivieron hasta 125 mil personas en su momento de mayor esplendor y donde los aztecas, siglos después, se quedaron maravillados ante las titánicas pirámides que encontraron en ruinas.

Pero a pesar de todo lo que han aprendido sobre la ciudad de Teotihuacan, los arqueólogos también han quedado maravillados, especialmente en lo que se refiere a los glifos de sus murales y cerámicas. Durante mucho tiempo, los símbolos han desconcertado a los arqueólogos, incluso cuando han descifrado los escritos de otras culturas, lo que ha llevado a generaciones de científicos a debatir sobre piezas de rompecabezas, signos y lenguas separados por cientos de años, que nunca parecían encajar del todo.

“Siempre existía la sensación de

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