La noche del 3 de noviembre de 1991, en la cuadra ocho del Jirón Huanta, en Barrios Altos, la vida de un vecindario quedaría marcada para siempre. Un ataque armado perpetrado por miembros encapuchados del Grupo Colina , escuadrón paramilitar del Servicio de Inteligencia del Ejército, irrumpió durante una pollada popular, asesinando a sangre fría a quince personas, entre ellas un niño de ocho años, e hiriendo gravemente a otras cuatro. La Masacre de Barrios Altos no solo significó una tragedia para las víctimas y sus familias, sino que se transformó en uno de los símbolos más oscuros de violaciones a los derechos humanos cometidas durante el gobierno de Alberto Fujimori .

La pollada, actividad organizada por los vecinos con el objetivo de recolectar fondos para reparar el sistema d

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