El cierre de gobierno estadounidense paralizó gran parte de sus operaciones el 1 de octubre, después de que republicanos y demócratas no lograran un acuerdo para extender la financiación más allá del final del año fiscal federal, el 30 de septiembre.

Esta paralización interrumpió el flujo de datos económicos clave en un momento de incertidumbre entre los responsables políticos e inversores sobre la salud del mercado laboral estadounidense, la trayectoria de la inflación y la fortaleza del gasto de los consumidores y la inversión empresarial.

Las agencias federales responsables de los indicadores de la actividad económica estadounidense, como la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), la Oficina de Análisis Económico (BEA) y la Oficina del Censo, suspendieron la recopilación y distribuci

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