El verbo más equivalente a “causar estupor” sería causar “estupefacción”. Pues bien, ante lo que estamos viendo y viviendo, no cabe duda de que España está estupefacta. Cuando menos, lo están todos aquellos españoles a los que aún les queda alguna neurona sana. Cuánto estupor no tendrá Alfonso Guerra, insigne socialista, como para afirmar que en el PSOE actual: “Hay que tomar una decisión: proteger a Sánchez o proteger al PSOE. Ambas cosas no son compatibles”. Y, en la misma línea, ha dicho que “el PSOE está en manos de bandidos y macarras”. Estupor causa que Pedro Sánchez desprecie al Senado tachándolo de circo. Uno se queda verdaderamente estupefacto comparándolo con el Congreso de los Diputados y ver a la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, haciendo aspavientos con gestos

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