La masacre de cinco personas en una taberna de Corinto, un carrobomba en Suárez, la muerte de un militar en Patía y el secuestro de dos soldados en una asonada en Mapiripán, tienen dos elementos en común: las disidencias de las Farc y la débil respuesta de las autoridades encargadas del orden público.
El hecho más reciente fue el insólito doble secuestro de dos soldados profesionales en el Meta, que fueron retenidos en una asonada, entregados a un cura y luego raptados de nuevo a las pocas horas.
La historia comenzó al amanecer del lunes festivo, cuando tropas de la Fuerza de Tarea Omega acompañaron a unos agentes del CTI en la captura de una mujer, en la vereda Getsemaní, de Mapiripán.
Luego de la evacuación de la capturada y los agentes, 400 personas rodearon a los militares que qu

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