Los demócratas ya saben cómo derrotar a Donald Trump. Dos mujeres en Virginia y Nueva Jersey han abierto el camino con una estrategia muy sencilla, que pasa por hablar en minúsculas en lugar de mayúsculas, por reconocer que no hay soluciones fáciles para problemas complejos y que la vida no es un programa de televisión.

Al ganar las gobernadurías de Virginia y Nueva Jersey, Abigail Spanberger y Mikie Sherrill han devuelto a la democracia la dimensión humana que la parafernalia política del nacionalpopulismo, en gran parte, le ha arrebatado. En sus campañas no ha habido mensajes mesiánicos ni apocalípticos. Tampoco ha habido ansiedad. Al contrario, ha predominado la tranquilidad y el respeto, y los ciudadanos han respondido. Han depositado su confianza en dos mujeres que les han prometido

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