Un político de origen 100% indio, Zohran Mamdani, acaba de lograr la alcaldía de “la capital del mundo”. El acontecimiento debería ser celebrado en la India y en sus medios de comunicación, siempre atentos a Estados Unidos. Sin embargo, esto no es exactamente así, empezando por el gobierno de Narendra Modi. El motivo es la identidad musulmana -concretamente chií- de Mamdani, heredada de su padre, Mahmood Mamdani, un estudioso de la descolonización nacido en Bombay y criado en Uganda.

Poco importa que este último comparta lengua materna con Modi: el guyaratí. Poco importa, asimismo, que la madre de Mamdani sea la más eminente directora de cine india, Mira Nair. Alguien que ha difundido, modelado y dignificado la imagen de la India contemporánea y de su diáspora en películas como Salaam Bo

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