Batalla de restaurantes ha vuelto a las noches de laSexta , aunque lo hace con una audiencia por debajo de lo esperado, pero mejorando los terribles datos que firma Tesoro o cacharro, el primer gran batacazo de la temporada. Alberto Chicote viajaba en este primer programa a Tarragona, donde buscaba el mejor suquet de pescado de la zona, uno de los platos más tradicionales de Cataluña y que es toda una religión allí. En esta nueva temporada el chef cuenta con los tenedores amarillos y rojos , una especie de amonestaciones para afear la conducta de los concursantes y que ha tenido que utilizar nada más comenzar esta tercera temporada.
El primero en llevarse esta reprimenda ha sido Xavier, el propietario del restaurante Macarrilla, que ha dejado claro que el nombre de su local tiene mucho que ver con su forma de ser. Su chulería, disfrazada de ‘ir siempre con la verdad por delante’, le hicieron fanfarronear de que era el gran favorito para la victoria. El gesto que menos ha gustado a Chicote ha sido el de mentir a sus rivales a la hora de las puntuaciones , mostrando una doble cara de la que él mismo se quejaba de otros concursantes. Todas estas contradicciones le han llevado a anunciar en público que había puesto unas puntuaciones y que eran completamente falsas.
Ha sido a la hora de la valoración final, cuando salen a la luz las notas puestas por cada uno a los diferentes restaurantes, cuando no le ha quedado más remedio que quitarse la careta y admitir su estrategia. « Yo he jugado. Yo le he puesto a todo 5. Y digo delante de todos que merece el notable que él dice, un 8. Estaba seguro de que este hombre me había machacado con las notas », decía intentando justificarse.

Pese a todo, estas falsedades le servían para en un primer momento ponerse al frente de la clasificación, debido a que sus rivales sí le habían votado de forma más sincera y sin pensar en la estrategia, aunque la alegría le ha durado poco al dueño de Macarrilla .
«¿Las valoraciones que has ido poniendo a lo largo de esta batalla de restaurantes se sustentan con criterios profesionales?», le preguntaba Chicote, a lo que Xavier no ha dudado en admitir que «no». Esa sinceridad le ha valido para que el chef sacase de su bolsillo por primera vez el tenedor amarillo .
« Esto significa que voy a restar un punto de tu nota final. Considero que durante la batalla has tenido una falta de consideración hacia tus compañeros al admitir que tus valoraciones se han sustentado en un interés particular y no en criterios profesionales », anunciaba el presentador de Batalla de restaurantes al concursante más polémico de esta primera noche.
Xavier, el primer amonestado de la historia del programa de laSexta, no aceptaba la crítica y trataba de acusar al resto de sus rivales de seguir la misma táctica. « Creo que mucha gente puede haber hecho lo mismo que yo, pero no ha tenido el valor para decirlo », así volvía a presumir de esa falsa sinceridad, que en realidad son críticas camufladas.
Esta estrategia le ha ido mal, por lo que se ha quedado sin victoria, pese a que sus compañeros pusieron buenas notas a su local, aunque sí que penalizaron su forma de cocinar. El ganador resultó ser Salioli , el local regentado por Adrián, un viejo conocido de los espectadores gracias a su paso en el pasado por programas como MasterChef y Joc de cartes .

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