Un Mercedes avanzaba a toda velocidad por unas de las carreteras que conecta Málaga con Marbella, adelantando a otros vehículos y obligando a conductores a apartarse del camino. Dentro, dos hermanos se dirigían con premura hacia el hospital más cercano. El copiloto sangraba por una herida de bala en la pierna tras haber sido alcanzado por un disparo. Después confesaría que ya sabía que algo iba a ocurrirle. Antes, subrayó, hubo otro aviso, según fuentes próximas al caso.

Un Zeta, como se conoce a los radiopatrulla de la Policía Nacional, alertado por la conducción temeraria, dio el alto al vehículo sospechoso la noche del miércoles al jueves. Al acercarse, los agentes descubrieron que uno de los pasajeros había recibido un disparo en la rodilla. Lo que comenzó como actuación

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