El presidente Javier Milei ha confirmado que las bandas cambiarias se mantendrán hasta el año 2027. Esta decisión busca evitar sorpresas en el tipo de cambio, en línea con lo que había expresado previamente el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent. Sin embargo, las restricciones cambiarias que afectan a las empresas podrían ser objeto de cambios en el futuro cercano.

Los inversores esperan que estas restricciones se levanten de manera gradual, especialmente a partir del segundo trimestre de 2024, cuando se prevé la llegada de dólares provenientes de la cosecha agrícola. Este año, el cepo cambiario fue levantado para las personas físicas, pero las empresas aún enfrentan casi todas las limitaciones impuestas por el gobierno anterior. En medio de la presión sobre el tipo de cambio, el gobierno ha reintroducido algunas restricciones, como la "restricción cruzada", que prohíbe a quienes ya han accedido al mercado oficial comprar dólares a través de otros mecanismos como el MEP y el contado con liquidación (CCL).

Se estima que las empresas han adquirido alrededor de 12.000 millones de dólares hasta septiembre mediante estos métodos, aunque a través de sus propietarios. Mantener el cepo sin flexibilizarlo podría acarrear problemas significativos. Uno de los principales inconvenientes es que esto impediría a Argentina recuperar su estatus de mercado emergente. Un informe reciente de JP Morgan sugiere que esta recategorización podría atraer flujos de inversión por 2.600 millones de dólares de manera casi automática.

La liberación del cepo es vista como un paso crucial hacia la normalización de la economía argentina. A diferencia de la gestión de Mauricio Macri, que eliminó las restricciones de forma abrupta en 2015 sin lograr un superávit fiscal, el gobierno de Milei ha mantenido un equilibrio en las cuentas públicas desde el inicio de su mandato, aunque el levantamiento del cepo ha sido lento y ha enfrentado retrocesos.

El gobierno busca dar previsibilidad en la cotización del dólar, pero muchos analistas advierten que un ajuste mensual de las bandas del 1% podría obstaculizar la acumulación de reservas, un objetivo clave para 2026. La necesidad de captar más inversiones sugiere que la flexibilización de los controles cambiarios continuará, aunque el ritmo de estos cambios sigue siendo incierto.

Los inversores están a la expectativa de cómo se recibirá la decisión de Milei de mantener las bandas cambiarias por al menos dos años más. Existe un consenso en los mercados de que liberar el cepo y eliminar las bandas podría ser la mejor estrategia para acumular reservas. Sin embargo, los críticos del esquema de bandas argumentan que estas limitaciones dificultan la compra de dólares, que debería ser significativa en 2026. Si el Tesoro decide adquirir grandes cantidades de dólares, podría aumentar la presión sobre el tipo de cambio, que actualmente tiene un techo de aproximadamente 1.500 pesos en el mercado mayorista.