Para los mineros informales, perder una draga o una máquina amarilla es casi como a quien se le cae un billete de cinco mil pesos del bolsillo: duele, pero no tarda en reponerse. La actual bonanza del oro, con precios que superan los 4.000 dólares por onza, ha vuelto el negocio tan rentable que la inversión se recupera con una facilidad asombrosa: en menos de una semana pueden volver a poner en marcha sus equipos y, si estos son destruidos, en menos de dos semanas logran cubrir nuevamente el costo de la maquinaria perdida.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aseguró que actualmente, cuando la Policía Nacional incauta 30 dragas —cada una puede costar un millón de dólares—, propina una millonaria afectación a estas estructuras. “Sin embargo, a los cinco u ocho días vuelven a funcionar en

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