Se considera, de forma muy generalizada, que una de las filósofas más representativas del feminismo es Simone de Beauvoir (1908-1986), mujer dotada de una gran inteligencia y pareja (a su manera) de Jean-Paul Sartre, con quien mantuvo siempre una relación basada en la más profunda admiración, si bien la libertad, como concepto filosófico, que tanto caracterizó sus planteamientos, se hizo extensivo, coherentemente, a su vida personal.

La conexión con Sartre se materializó en la adscripción al movimiento existencialista, esto es: en la consideración del ser humano como principio y fin en sí mismo (el “ser para sí”) y como responsable de su propia realización o autoconstrucción, en un entorno social repleto de dificultades para hacer posible ese propósito de perfeccionamiento y en buena medi

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