El presidente estadounidense, Donald Trump, puso de relieve la política del país sin modificarla, al abogar por una " multipolaridad no estructurada", opina  Fiódor Lukiánov, editor jefe de Russia in Global Affairs y presidente del presidium del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia, en su artículo para RT.

"Trump no ha transformado Estados Unidos, sino que lo ha despojado de su antiguo barniz . La visión de un orden liberal universal se ha desvanecido. La pretensión de que Estados Unidos se rige por las reglas que exige a los demás se ha desvanecido. Lo que queda es poder en bruto , expresado abiertamente, y un país que se siente cómodo actuando sin límites", escribe el experto.

Mientras, subraya, la personalidad de Trump es "imposible de ignorar" . "Su teatralidad impregna todo lo que toca y puede hacer que los eventos parezcan más caóticos de lo que realmente son. Pero lo importante es esto: Trump no rompe las convenciones políticas estadounidenses, las exagera . Sube el volumen tanto que finalmente se puede oír con claridad la lógica subyacente", aclara Lukiánov.

En este sentido, explica que Washington "ha abandonado el marco ideológico unificado en el que se apoyó durante décadas". "Durante años, el ' orden mundial liberal' —posteriormente rebautizado como 'orden basado en normas ' — sirvió como el lenguaje a través del cual Estados Unidos perseguía sus intereses. Estas reglas fueron escritas por Occidente, para Occidente, pero presentadas como universales. Su mera existencia creó una estructura para el comportamiento internacional, aunque dicha estructura a menudo fuera permeable", recuerda el analista.

No obstante, el líder de EE.UU. prefiere un enfoque individual. "Si Trump tiene un enfoque central, es su insistencia en tratar con cada país individualmente. Sin estructuras de apoyo, sin instituciones, sin amplias coaliciones. Todo es personalizado, bilateral y transaccional . Washington está convencido de que, en cualquier enfrentamiento individual, Estados Unidos tiene la ventaja", explica el periodista.

Multipolaridad, sí

"Esta lógica explica la creciente irritación hacia las instituciones que Estados Unidos alguna vez construyó y defendió. Ahora se las percibe no como multiplicadores de fuerza, sino como un lastre burocrático ". Al mismo tiempo, según el experto, "las estructuras donde estados no occidentales desempeñan roles protagónicos —en particular los BRICS — son tratadas con abierta hostilidad , no por lo que hacen, sino por lo que representan simbólicamente: países que intentan unir fuerzas para limitar el dominio estadounidense".

Por otro lado, el experto observa que Trump " se adapta bien a un mundo multipolar ". "Alguien que se cree el actor más fuerte en cualquier ámbito bilateral prefiere naturalmente un panorama global compuesto por actores dispares y desiguales. Multipolaridad, sí. Pero solo si es espontánea y no estructurada, sin mecanismos que amortigüen las contradicciones o reduzcan los desequilibrios", detalla. "Un mundo de entidades desconectadas es más fácil de dominar para una potencia hegemónica ", agrega.

"En ese sentido, ha cambiado menos de lo que parece. La retórica es diferente , pero la hegemonía estadounidense sigue siendo la premisa", destaca Lukiánov. "Lo que no ha cambiado es la creencia estadounidense en la fuerza militar", añade.

Si Estados Unidos insiste en el bilateralismo, sugiere el analista, "la contramedida lógica es la opuesta: combinar recursos, cooperar donde sea posible y crear coaliciones pequeñas pero funcionales centradas en objetivos específicos", o sea, " alianzas prácticas que reduzcan la vulnerabilidad a la presión estadounidense ". "Esto es especialmente cierto para los estados no occidentales que se desenvuelven en un orden turbulento", apunta.

Esta "honestidad" de Trump proporciona claridad al mundo, recalca Lukiánov. "Ahora percibimos las convenciones del comportamiento estadounidense con una nitidez inusitada . Y eso podría resultar útil para quienes se preparan para la próxima fase de la política global", resume.