Aquel día de 1959, de pronto el tiempo había desaparecido, y la sangre de los tiroteados se extendía por el pavimento

Tenía 16 años cuando en 1959 salí de Masatepe para matricularme en la Escuela de Derecho en León. El 1 de enero de ese año, los guerrilleros de la Sierra Maestra habían entrado en triunfo en La Habana, y en Nicaragua sólo se hablaba de la lucha armada. Si había caído Batista, también se podía botar a los Somoza. El fundador de la dinastía, Anastasio Somoza García, muerto a tiros en 1956, allí mismo en León, había heredado el poder a sus dos hijos, Luis, que ocupaba la presidencia, y Anastasio, jefe del ejército.

El lunes 1 de junio se abrían las clases, pero las autoridades universitarias decidieron posponer la apertura de los cursos tras el desembarco aéreo, desde

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