El Partido Popular se encuentra atrapado en una red que él mismo ha ayudado a tejer. La cuerda comenzó a tensarse el 15 de junio de 2023, cuando Carlos Mazón fue investido presidente de la Generalitat Valenciana con el apoyo de Vox. Aquella alianza, celebrada entonces como un ejercicio de “responsabilidad institucional”, fue en realidad el punto de partida de su actual dependencia. La dimisión de Mazón ha devuelto a los populares valencianos al mismo punto de partida. Vox ha aprendido el valor de su voto y pretende hacer pagar al PP un precio más alto por su respaldo. En esta nueva negociación, el partido de ultraderecha exige que el PP adopte como propias las banderas más controvertidas de su agenda, especialmente su discurso sobre la inmigración y su cruzada contra las políticas recogida

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