Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha intensificado su defensa de los presidentes autonómicos de su partido en medio de crisis políticas. En las últimas semanas, ha actuado como un escudo político, protegiendo a sus "hombres fuertes" de las críticas. Este patrón se ha repetido en la Comunidad Valenciana y ahora en Andalucía, donde Juan Manuel Moreno Bonilla enfrenta una crisis significativa relacionada con los cribados de cáncer de mama. Feijóo ha cerrado filas en torno a Moreno, evitando pedirle responsabilidades por los fallos en los programas de detección temprana. En lugar de abordar directamente el problema sanitario, ha desviado la atención hacia el PSOE, acusándolo de "instrumentalizar la sanidad" y de carecer de "límite moral ni legal". Estas declaraciones, realizadas en un acto reciente, marcan una clara línea de defensa: el ataque se dirige al PSOE y no al Gobierno andaluz. La crisis de los cribados ha generado un gran malestar. Un fallo técnico en el sistema de citaciones ha dejado a decenas de miles de mujeres fuera de las revisiones durante meses. Las explicaciones oficiales han sido tardías y confusas, lo que ha llevado a la oposición, incluyendo al PSOE y a otras formaciones, a exigir dimisiones. Además, asociaciones de pacientes y profesionales sanitarios piden una investigación independiente. Moreno, que hasta ahora había navegado con tranquilidad gracias a su mayoría absoluta, se ha visto obligado a apoyarse en su círculo más cercano. Antonio Sanz, consejero de Salud, ha asumido el papel de escudo interno, enfrentándose a las críticas y manteniendo reuniones con sindicatos. Desde la Junta, se insiste en que se trata de un "problema técnico, no político", aunque la indignación ciudadana crece y las protestas comienzan a manifestarse en las calles. En este contexto, Feijóo ha actuado como un cortafuegos. La dirección nacional del PP teme que el deterioro de la imagen de buena gestión en Andalucía se extienda a otras comunidades gobernadas por el partido. Por ello, se ha decidido reforzar la imagen de Moreno como un gestor "serio y responsable", intentando aislar la crisis en el ámbito técnico y evitar que afecte electoralmente al partido a nivel nacional. La consigna es clara: mantener la calma, contener el ruido mediático y proyectar cohesión. Feijóo considera que exponer públicamente a uno de sus principales referentes territoriales sería un error estratégico que debilitaría la autoridad del partido en el país. En lugar de distanciarse, ha optado por hacer cuerpo común, presentándose al lado de Moreno y desviando la conversación hacia la confrontación con el Gobierno de Pedro Sánchez. Esta estrategia de defensa no es nueva. Desde la crisis provocada por la DANA en la Comunidad Valenciana, Feijóo ha respaldado incondicionalmente a sus líderes autonómicos, buscando proteger la imagen del partido en tiempos de crisis.
Feijóo defiende a sus líderes autonómicos en crisis
Noticias de España4 hrs ago
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