Cuando cayeron las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, Ahmed al Sharaa era aún adolescente sirio y nada hacía anticipar que ese ataque que cambió el curso de la historia y humilló al país más poderoso de la Tierra, iba a ser el comienzo de una de las historias más sorprendentes e improbables de la historia moderna: la de un exlíder de Al Qaeda, siendo recibido este lunes en la Casa Blanca por Donald Trump entre alabanzas y promesas de que será un gran aliado de su país árabe, pese a que técnicamente está en guerra con el gran aliado de Estados Unidos en Oriente Medio: Israel.

Sharaa fue aclamado primero por una multitud de sirios de la diáspora en EU que lo esperaban con banderas de la nueva Siria en los exteriores de la Casa Blanca; en su interior, el primer líder

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