Bajo una directiva interna emitida recientemente por Departamento de Estado de los Estados Unidos, los funcionarios consulares estadounidenses recibieron instrucciones para denegar visas de residencia permanente a solicitantes que padezcan enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes o trastornos cardiovasculares, al considerarlos potenciales “carga pública”.

El memorando amplía significativamente el criterio que tradicionalmente aplicaba solo para enfermedades transmisibles, e incluye ahora condiciones que podrían generar gastos médicos elevados y prolongados, y exige que los aspirantes demuestren tener los recursos financieros o seguro privado suficientes para cubrir tales costos sin recurrir al sistema público estadounidense.

La medida representa un cambio sustancial en la polí

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