“Ya es mucha la sangre derramada. Ya es mucho el dolor del pueblo mexicano. Se tocó el límite del sometimiento descarado e inhumano en nuestro amado Michoacán”, dijo el sacerdote Jesús Valencia Álvarez, de la diócesis de Zamora, durante la última misa del novenario del extinto alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez.

La ceremonia religiosa se realizó en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe.

En su mensaje, Valencia Álvarez proclamó su deseo por la paz “con base en la justicia” y que desde hace muchos años están conscientes de la vulnerabilidad que tienen ante la delincuencia organizada.

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Destacó que a partir del asesinato de Manzo Rodríguez “ha cuajado una toma de concienci

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