En un informe elaborado por la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) y la ONG salvadoreña Cristosal , se concluyó que el Gobierno de EE.UU. fungió como "cómplice" de graves violaciones a los derechos humanos que padecieron los 252 venezolanos que fueron deportados ilegalmente al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador.
"Las autoridades estadounidenses negaron repetidamente a los familiares de las personas enviadas al Cecot información sobre su paradero, lo que convierte al Gobierno de EE.UU. en cómplice de sus desapariciones forzadas ", se lee en el documento , que fue publicado este miércoles en el portal web de HRW.
A esto agregaron que "el Gobierno estadounidense también violó sus obligaciones legales de respetar el principio de no devolución al trasladar a migrantes venezolanos a El Salvador, a pesar de los riesgos fácilmente previsibles de tortura y malos tratos".
Para arribar a estas conclusiones, HRW y Cristosal entrevistaron telefónicamente a 40 venezolanos que permanecieron detenidos en el Cecot hasta julio pasado, así como a otras 150 personas conocedoras de la situación, en una lista que incluyó a familiares, amigos, empleadores y abogados de los reos. A ello se sumó la revisión de "una amplia gama de documentos" como fotografías de lesiones, antecedentes penales y documentos judiciales en EE.UU. y El Salvador, así como la consulta a expertos forenses con reconocimiento internacional.
Condiciones inhumanas
A contrapelo del discurso sostenido por las autoridades estadounidenses, incluido el presidente Donald Trump, quien justificó las deportaciones irregulares bajo el alegato que los migrantes eran "terroristas" y pertenecían a la pandilla 'Tren de Aragua' –organización criminal desmantelada en Venezuela–, las ONG determinaron que la mayoría de estas personas carecían de antecedentes penales en su país, en EE.UU., y en otros países latinoamericanos en los que habían residido.
Del mismo modo, "HRW y Cristosal concluyeron que los detenidos en el Cecot fueron sometidos a condiciones carcelarias inhumanas , incluyendo una detención prolongada en régimen de incomunicación, alimentación inadecuada, denegación de higiene y saneamiento básicos, acceso limitado a atención médica y medicamentos, y falta de actividades recreativas o educativas, lo que viola varias disposiciones de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, también conocidas como las 'Reglas Mandela'".
Golpizas constantes
También quedó firmemente establecido que "los detenidos fueron sometidos a golpizas constantes y otras formas de maltrato, incluidos algunos casos de violencia sexual". Las entidades llamaron a recordar que la mayor parte de estas prácticas configuran torturas, según lo establecido en el derecho internacional.
En particular, los exdetenidos relataron que policías antimotines los golpeaban en los pasillos de la prisión y también en una celda de aislamiento conocida localmente como 'La Isla'.
Como pretexto para estas agresiones, los uniformados invocaron supuestas violaciones a la normativa interna del Cecot. En su decir, se les golpeó por asuntos como hablar en voz alta con otros compañeros de presidio, solicitar atención médica o ducharse fuera del horario fijado para ello.
Afirmaron además que las golpizas se intensificaron tras la visita al recinto penitenciario de la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, así como luego de dos visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja y tras dos protestas internas de los reclusos.
"HRW y Cristosal concluyeron que los casos de tortura y malos tratos a venezolanos en el Cecot no fueron incidentes aislados cometidos por solo algunos guardias o policías antimotines abusivos, sino violaciones sistemáticas que se produjeron repetidamente durante su detención. Todos los exdetenidos entrevistados denunciaron haber sido sometidos a graves abusos físicos y psicológicos casi a diario, durante todo el tiempo que permanecieron detenidos", recalca el reporte.
De acuerdo con la valoración de las ONG, "estas golpizas y otros abusos parecen formar parte de una práctica diseñada para someter, humillar y disciplinar a los detenidos mediante la imposición de un sufrimiento físico y psicológico extremo", al tiempo que consideraron que los agentes habrían actuado "con la convicción de que sus superiores apoyaban o toleraban sus actos abusivos".
Abuso sexual, traumas y un exhorto
A la larga lista de vulneraciones, HRW y Cristosal agregaron que tres detenidos les revelaron a los entrevistadores que fueron víctimas de abuso sexual por parte de los custodios . De acuerdo con su versión, más personas sufrieron agresiones sexuales, pero no están dispuestas a hablar en público sobre el tema, sobre el que pesa un visible estigma social.
En este marco refirieron que "muchas personas que estuvieron detenidas en el Cecot afirmaron que siguen sufriendo lesiones físicas y traumas psicológicos duraderos".
Para concluir, pidieron "al Gobierno de EE.UU. que ponga fin a todos los traslados de ciudadanos de terceros países a El Salvador". Su demanda incluyó un exhorto a "los gobiernos extranjeros y a los organismos internacionales de derechos humanos, incluido el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas" para que "intensifiquen sustancialmente su escrutinio público de las violaciones de derechos humanos cometidas por el Gobierno de EE.UU. contra migrantes, así como de las violaciones generalizadas de derechos humanos cometidas en El Salvador contra los detenidos".

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