El 11 de noviembre, el presidente Gustavo Petro ordenó suspender el intercambio de información entre los servicios de inteligencia de Colombia y las agencias de seguridad de Estados Unidos . La medida se tomó tras los ataques de ese país contra embarcaciones en el Caribe y dejó en el aire los convenios con la DEA, el Homeland Security, el Secret Service y el Comando Sur, que sostenían programas conjuntos en materia de narcotráfico, trata de personas, falsificación de moneda y operaciones marítimas contra el crimen organizado.

El problema de esa suspensión, es que durante más de dos décadas, las agencias estadounidenses han sido parte esencial de la arquitectura de seguridad colombiana. La DEA ha aportado inteligencia táctica para la interdicción de cargamentos, la localización de labora

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