Un jurado popular ha declarado culpables a César Sena, Emerenciano Sena y Marcela Acuña por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, hallándolos responsables de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido en un contexto de violencia de género. Además, Gustavo Melgarejo y Fabiana González fueron condenados por encubrimiento agravado, mientras que Gustavo Obregón recibió una condena por encubrimiento simple. Griselda Reinoso fue absuelta, siendo declarada inocente. La acusación reconstruyó la intervención de cada uno en el caso, asegurando que se trató de un hecho planificado. El crimen ocurrió el 2 de junio de 2023 en la vivienda de la familia Sena, ubicada en Santa María de Oro 1460, en el centro de Resistencia. César Sena fue señalado como el autor material del femicidio. Según la Fiscalía, llegó con Cecilia a la vivienda familiar bajo la promesa de que partirían juntos a Ushuaia. Una vez dentro, en una de las habitaciones, mató a Cecilia. Aunque el modo exacto no pudo determinarse, se encontraron rasguños en su cuello, lo que sugiere que pudo haber sido estrangulada. Tras el homicidio, César envolvió el cuerpo en una frazada y lo trasladó a otra habitación, donde permaneció hasta que llegaron sus cómplices. Luego, participó en el traslado del cuerpo a un predio rural para su incineración. Marcela Acuña, por su parte, participó activamente en la planificación y encubrimiento del crimen. Salió de la vivienda antes del asesinato y, tras la muerte de Cecilia, ingresó a la habitación donde estaba el cuerpo. Aunque afirmó haber visto el bulto envuelto accidentalmente, la fiscalía sostiene que buscó ayuda de Fabiana González y Gustavo Obregón para borrar pruebas y facilitar la desaparición del cuerpo. Emerenciano Sena, padre de César, fue considerado fundamental en la planificación del crimen. A pesar de salir de la vivienda antes del hecho, la fiscalía argumentó que brindó apoyo logístico y creó un entorno de protección para su familia. Se alegó que favoreció la ejecución del crimen y la tentativa de impunidad, influyendo en su hijo y en la dinámica familiar. Gustavo Obregón, chofer y asistente privado de los Sena, fue clave en el encubrimiento. Acudió a la vivienda tras el llamado de Acuña y ayudó a trasladar el cuerpo en la cajuela de una camioneta, además de remover muebles de la habitación del crimen. Fabiana González, secretaria de la familia, también fue convocada por Acuña. La justicia la ubicó como partícipe en el encubrimiento, colaborando en la limpieza de la escena y en la desaparición de pruebas. Gustavo Melgarejo, casero del campo donde se incineró el cuerpo, fue considerado responsable de encubrimiento agravado por mantener el fuego encendido para la incineración. Griselda Reinoso, la única absuelta, no fue hallada culpable por falta de pruebas que confirmaran su participación en el encubrimiento. La acusación nunca dudó de la implicación de Emerenciano y Marcela, afirmando que sin su participación activa, el crimen no habría sido posible. La fiscalía destacó que el móvil del crimen podría haber sido económico y la negativa de los Sena a la relación entre César y Cecilia. El caso ha generado gran conmoción en la sociedad, evidenciando la gravedad de la violencia de género y la complejidad de las dinámicas familiares en situaciones de control y abuso.