Creado: 17.11.2025 | 07:39

Actualizado: 17.11.2025 | 07:39

Elisa Mouliaá, que se atrevió a dar la cara y denunciar los abusos sexuales de Iñigo Errejón, no solamente pasó por un interrogatorio judicial, al límite de lo tolerable, sino que fue denigrada ante la opinión pública. Tal vez por eso, el resto de las mujeres que contaron en redes sociales las «andanzas», acosos y tocamientos, nunca presentaron denuncias.

Al final, el juez Adolfo Carretero, que cuestionó en sus preguntas que ella hubiera hecho lo suficiente para defenderse, ha decidido procesar a Errejón, y que sea un tribunal el que decida su culpabilidad o no.

La razón que esgrime es que «el principal indicio es la declaración de la perjudicada», o sea: ha creído su relato. O, por lo menos, no quiere asumir el papel de «

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