Madrid

Cuando el equipo de Etxeberria llegó hace dos años al Valle de Cuelgamuros, se encontraron con que había 33.000 cuerpos, traídos desde distintos puntos de España, guardados en cajas apiladas en las criptas de la basílica. Actualmente, siguen intentando localizar los restos reclamados por unas 200 familias. Una misión, con una gran responsabilidad, que en ocasiones parece imposible de conseguir.

La exhumación comenzó en la capilla del Santo Sepulcro por cuestiones de seguridad y, tras varios años de trabajo, ya han revisado una gran parte del edificio. Para hacernos una idea de lo que los profesionales ven cuando entran al lugar, el forense ha hecho una curiosa comparación: "Rompemos un trozo de pared y entramos a un hueco lleno de cajas hasta los topes. Es como entrar a una zapate

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