Madrid

A mí me gustaría celebrar con más énfasis los 50 años de democracia, y hacer valer sus virtudes, que los 50 años de la muerte de Franco y seguir insistiendo en sus horrores, que fueron muchos.

Tengo 47 años, soy un adulto de mediana edad que ha leído, visto y oído las desgracias de la dictadura, afortunadamente, desde que tengo uso de razón. Apoyo la extirpación de cualquier homenaje a aquella época; por ejemplo, la antigua presencia del dictador en el Valle, como centro de peregrinación y culto. Y todo lo demás.

Y quizá, 50 años después, debamos hacernos una pregunta. ¿Esta sobredosis de Franco por cualquier razón o con cualquier excusa está calando para que los jóvenes se pongan en contra? Los chavales que nacieron en los 90 y los 2000, y los 2010, ¿son más antifranquistas que

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