Con la actualidad política centrada en el trabajo de los siete miembros de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que tienen que redactar la sentencia que afectará al futuro del Fiscal General del Estado (y a muchos más), la llamada fontanera del Psoe se siente fuerte como para presentar exigencias. Leire Díez, que tanto presumió de su influencia en el Psoe, sus amistades con poderosos del Psoe y del Gobierno, y cómo valoraban su trabajo de “investigadora”, se arruga. Leire, dispuesta a aceptar cargos tan edificantes como desacreditar a mandos de la UCO que están colocando en situación de peligro a Pedro Sánchez, a la hora de comparecer ante un tribunal, se arruga. Lo primero que hace es exigir que se borren las conversaciones grabadas por la UCO, y que no sean utilizadas por quienes buscan

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