Han destapado el tarro del horror y la inhumanidad sin paliativos. En Italia organizaban cacerías de personas a cien mil euros la pieza para irse de ‘safari humano’ allí donde matar pasaba desapercibido. La degradación humana sin límites. Inocuo y sin testigos.

Viajecito a la zona de guerra; francotirador que te deja su arma con mirilla; selección de la pieza según lo abonado (hombre más barato; mujer más precio; embarazada lo más caro); apretar el gatillo y ver a la pieza desplomarse abatida. Parece que la sensación de omnipotencia sobre la vida les enganchaba. Dicen que el dinero en exceso droga el cerebro y permite mirar desde arriba a los humanitos que como hormigas se retuercen de dolor bajo la suela del zapato.

Recuerdo imágenes en la tele de transeúntes acelerando el paso por las

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