Cuando el clima no es propicio para pasear por las calles, sobre todo si llueve, como sucede cuando estoy escribiendo esto, lo más socorrido es guarecerse en un bar, a poder ser en el barrio, donde el ambiente y la tertulia está garantizada. Pocas cosas dan tanta satisfacción como el no sentirte nunca solo mientras te sirven el café en la barra o sentado en una mesa echando un vistazo a la prensa local dando pie a lo acontecido en días pasados tanto si se trata de fútbol como de política, esta última se hace con un cierto sigilo para no herir sensibilidades entre los presentes en la tertulia mañanera, en la de la tarde me imagino que será igual, en las que la intervención de Manolo, como propietario del negocio, es la que marca la pauta. Yo, como vecino cercano al establecimiento, lo prime

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