En noviembre de 1874, concretamente el día 9 en Córdoba, vino al mundo Julio Romero de Torres , que sería un pintor simbolista y uno de los más populares de su tiempo, según recogen crónicas del momento y compañeros de la cultura , siendo famoso entre los cafés de Madrid con amistades de la talla de Valle-Inclán, Santiago Rusiñol, Ortega y Gasset o Benito Pérez Galdós.
El pasado 2024 el 150 aniversario de su nacimiento fue uno de los más celebrados, y un año después el pintor andaluz sigue en uno de sus mejores momentos en un mes en el que se han recuperado dos obras ‘perdidas’, una de ellas regresando a su Córdoba natal tras ser adquirida en Madrid.
El gran momento de la obra de Julio Romero de Torres
De hecho, no solo por ello, sino que Córdoba vuelve a celebrar a Julio Romero de Torres durante el mes de noviembre al que dedica un ciclo en su museo y diferentes puntos de la localidad con teatro, conferencias o visitas guiadas que pasan por la obra y vida de su “pintor más universal” en palabras de la alcaldesa.
Todo ello llega después de que el pintor que mejor retrató a la mujer andaluza vendiera un cuadro en Londres, ‘La Cordobesa’ en la casa Roseberys en Londres por más de 120.000 euros, 237 veces más del precio inicial de 400 euros por ser considerado ‘falso’ al estar descrito como “pieza de su círculo” y que habría sido pintado fuera de España, porque era desconocido por ámbito especializado, como ha confirmado el diario Cordópolis a través de un experto, pero que sí estaba a través de una fotografía entre el archivo del museo propio.
Esta noticia ha llegado poco después de que una de las obras que se consideraban ‘perdidas’, ‘Pensativa’, fuera adquirida por el cirujano Blas García y haya regresado así a Córdoba. En ella, retrató a Marina Lebret , y se le había perdido la pista en Argentina, y probablemente repatriada durante los años del “corralito”.
Quién fue Julio Romero de Torres, el pintor que mejor retrató a la mujer andaluza
Nacido en Córdoba en 1874 e hijo de un pintor, Rafael Romero Barros , entonces director del museo de Bellas Artes, fue un artista precoz que inició su formación a los 10 años y estaba realizando sus primeras obras a los 16. Así, a los 21 ya debutó en los circuitos madrileños con el cuadro “¡Mira qué bonita era!” en la que daba un homenaje a una antigua novia que había muerto a los 15 años inspirado por una copla dedicada a la Virgen de la Consolación de Utrera.
No lo tuvo fácil, pues si bien su popularidad fue creciendo, siendo conocido en los cafés literarios de Madrid, en las tertulias del Café Levante, donde ganó amistad con personalidades de la cultura como Valle-Inclán, Benito Pérez Galdós y los también pintores Ignacio Zuloaga y Santiago Rusiñol , así como Ortega y Gasset , también sufrió importantes rechazos.
En 1897, de hecho, optó para una beca en la Academia Española de Roma , pero le fue denegada en parte por Francisco Pradilla , que llegaría a ser director del Museo del Prado . Y a su vez, algunas de sus obras despertaron escándalo como sucedió con “Vividoras del amor” en el que retrató a cuatro prostitutas, y que fue rechazado en la Exposición Nacional en 1906 por ‘inmoral’.
Sin embargo, su obra le fue generando popularidad con cuadros como “La musa gitana”, con la que alcanzó ese tinte regionalista junto al retrato de la psicología femenina. Murió temprano a los 55 años y en su funeral acudieron hasta 30.000 personas, una popularidad que no se ha marchado, y que se evidenció también con la imagen de ‘La Fuensanta’ en los billetes de 100 pesetas, en el que también apareció el retrato de Julio Romero de Torres .

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