La reciente formalización por parte del gobierno de Donald Trump del convenio marco con Argentina allana el camino hacia un futuro Acuerdo de Comercio e Inversión bilateral, constituyendo un hito central en la configuración del nuevo orden regional. Este documento representa un avance decisivo en la consolidación de la alianza estratégica entre Estados Unidos y Argentina, a la vez que define una serie de prioridades que sentarán las bases de la renovada relación económica bilateral.

Si bien hoy todas las luces están puestas en los posibles efectos comerciales del acuerdo, hay un aspecto del mismo que merece ser destacado: la dimensión ambiental del instrumento y su posible impacto en términos de atracción de inversión extranjera directa y revinculación económica con el resto del mundo.

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