Una obra maestra de Gustav Klimt ha marcado un hito en el mundo del arte. El "Retrato de Elisabeth Lederer", pintado entre 1914 y 1916, se vendió por 236,4 millones de dólares en una subasta en Nueva York. Esta cifra la convierte en la obra de arte moderno más cara de la historia, superando el récord anterior de 195 millones de dólares establecido por un retrato de Marilyn Monroe de Andy Warhol en 2022.
La subasta, realizada por Sotheby’s, atrajo a seis compradores que compitieron durante 20 minutos. La pintura, que representa a la hija de August Lederer, un importante mecenas de Klimt, fue estimada inicialmente en 150 millones de dólares. La obra muestra a Lederer en un vestido blanco de estilo imperial, frente a un fondo azul con motivos asiáticos, reflejando la opulencia de su familia antes de la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi en 1938.
El retrato tiene una historia significativa. Durante la ocupación nazi, Elisabeth Lederer se hizo pasar por hija de Klimt, quien no era judío, para protegerse. La pintura fue confiscada por los nazis y permaneció en un depósito durante la guerra. En 1948, fue devuelta a Erich Lederer, el hijo mayor de August, y finalmente adquirida por Leonard Lauder en la década de 1980.
La subasta de Sotheby’s también incluyó otras 24 obras de la colección de Lauder, recaudando un total de 527 millones de dólares. La casa de subastas no ha revelado la identidad del comprador del retrato de Klimt.
Este evento se produce en un contexto donde el mercado de arte ha visto una caída del 33,5% en el volumen de ventas, alcanzando su nivel más bajo desde 2009, según un informe de Artprice. A pesar de esto, la venta de obras de Klimt sigue siendo un fenómeno notable, dado que sus retratos de cuerpo entero son extremadamente raros y la mayoría se encuentran en museos importantes.

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