Ocho años después de que las primeras acusaciones de sacudieran su vida y su carrera, continúa atrapado en una realidad incierta. El dos veces ganador del Óscar, que ha sido absuelto de todos los procesos penales abiertos contra él en Estados Unidos y Reino Unido , reconoce hoy que no tiene un hogar fijo. Vive entre hoteles, habitaciones de paso y alquileres temporales, un nomadismo impuesto -según él mismo relata- por el colapso de su trayectoria en Hollywood y los costes judiciales "astronómicos" que lo han acompañado desde 2017.

En una entrevista concedida a The Telegraph, el actor describe con crudeza la erosión que la persecución mediática y legal ha provocado en su vida. "Vivo en hoteles, vivo en alojamientos de Airbnb, voy donde está el trabajo. Literalmente no tengo hogar",

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