Mantener la ropa en buen estado no depende únicamente de cómo se lave, sino también de cómo se plancha. Con el uso frecuente, la plancha de ropa puede acumular restos de telas, fibras quemadas o minerales del agua, afectando su rendimiento y la apariencia de las prendas. Estas impurezas, aunque pequeñas, pueden dejar marcas, dificultar la distribución uniforme del calor y prolongar el tiempo que se dedica al planchado.
Además, la limpieza periódica no solo prolonga la vida útil del electrodoméstico, sino que también ayuda a mantener la higiene de las prendas. Una plancha sucia puede transferir residuos a la ropa recién lavada, provocando manchas o acumulaciones de polvo que resultan difíciles de eliminar. Por esta razón, incorporar hábitos sencillos de mantenimiento es una práctica que mejora la experiencia de planchar y garantiza que las prendas luzcan siempre en óptimas condiciones.
Afortunadamente, limpiar la plancha no requiere productos costosos ni técnicas complicadas. Existen métodos que aprovechan ingredientes comunes en el hogar, que permiten eliminar de su superficie residuos de manera segura y eficiente. Estos procedimientos, cuando se aplican correctamente, no dañan la suela ni interfieren con el sistema de vapor, lo que facilita que la plancha funcione de manera óptima durante más tiempo.
Vinagre blanco
El vinagre blanco se ha consolidado como uno de los recursos más confiables para eliminar residuos. Su composición permite descomponer partículas adheridas sin riesgo de dañar la superficie metálica. Para aplicar este método, se recomienda humedecer un paño limpio con vinagre tibio y pasarlo sobre la suela, prestando atención a las áreas donde los residuos estén más concentrados. Dejar actuar el vinagre unos minutos potencia su efecto desengrasante y facilita la eliminación de marcas persistentes.
Este procedimiento es adecuado para quienes buscan una solución sencilla y efectiva. No requiere herramientas especiales, solo un paño y el vinagre. Además, al ser un producto natural, no genera vapores tóxicos ni químicos que puedan ser perjudiciales para el hogar. Limpiar la plancha de esta manera ayuda a mantener la eficiencia del calor y garantiza un deslizamiento uniforme sobre las telas. Para un mantenimiento regular, se puede repetir este proceso una vez al mes o cada cierto número de usos.
Bicarbonato de sodio
Cuando los residuos están más incrustados, el bicarbonato de sodio se convierte en una opción versátil y segura. Su textura ligeramente abrasiva permite remover partículas quemadas sin rayar la suela de la plancha. La técnica consiste en preparar una pasta mezclando bicarbonato con agua y aplicarla sobre la base de la plancha con un paño suave. Se frota cuidadosamente en movimientos circulares, evitando que la mezcla ingrese a los orificios del vapor.
Tras frotar, se limpia la superficie con un paño húmedo hasta eliminar todos los restos de la pasta. Este método no solo elimina la suciedad visible, sino que también contribuye a mantener la plancha desinfectada y libre de acumulaciones que puedan afectar su rendimiento. La constancia es clave: limpiar la plancha con bicarbonato de manera periódica previene que las manchas se vuelvan más difíciles de quitar.
Sal gruesa
La sal gruesa sigue siendo una técnica simple y eficiente para remover suciedad adherida en la suela de la plancha. Para aplicarla, se esparce sobre un paño limpio o una hoja de papel absorbente y se pasa la plancha a temperatura media durante unos segundos. La fricción entre la sal y los residuos ayuda a desprender partículas de almidón o fibras quemadas que se adhieren con el uso cotidiano.
Una vez que se ha completado el proceso, se deja enfriar la plancha y se retiran los restos de sal con un paño seco. Esta limpieza rápida es especialmente útil para mantener la plancha en buen estado entre limpiezas más profundas y para evitar que la suciedad se acumule de forma persistente. Realizar este procedimiento de manera regular contribuye a que la plancha mantenga su deslizamiento óptimo, evitando la necesidad de ejercer demasiada presión al planchar y reduciendo el riesgo de arrugas o marcas en la ropa.
Pasta de dientes
La pasta de dientes ofrece una solución eficaz cuando los residuos están más incrustados o las manchas son difíciles de quitar. Su composición permite actuar como abrasivo suave sin dañar la suela de la plancha. Para utilizarla, se coloca una pequeña cantidad sobre la base fría y se frota con un paño suave en movimientos circulares, concentrándose en las zonas más sucias.
Después de frotar, se activa la plancha a temperatura baja durante unos minutos, utilizando la función de vapor si está disponible, lo que ayuda a aflojar los restos y facilita su eliminación. Una vez que la suela se ha enfriado, se limpia con un paño húmedo hasta que no queden restos de pasta. Este método es recomendable para planchas que acumulan residuos difíciles de remover con técnicas más simples.
Aplicar estas técnicas de forma regular permite mantener la plancha en condiciones óptimas, asegurando un planchado uniforme, protegiendo la ropa y prolongando la vida útil del electrodoméstico. Incorporar hábitos sencillos de limpieza convierte una tarea cotidiana en una práctica que garantiza eficiencia y seguridad en el hogar.

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