«My Fierce Ignorant Step» no es una terapia de , pero sí un grito de rabia. Una liberación del coreógrafo griego ante el mundo que le rodea: corrupción, guerras, destrucción del medio ambiente y ascenso de la extrema derecha. Obligó a su mente a retroceder hacia su adolescencia en Nemea, su pueblo natal. De entonces recuerda las ganas de vivir y la sensación de que no había barreras. «Todo era posible» . Así se generó la chispa de un montaje que los días 21 y 22 de noviembre ocupará la sala grande, la Roja, del Canal dentro de la programación del y con el que Papadopoulos regresa a Madrid con ese sello marca de la casa.

–No abandona el minimalismo encima del escenario. ¿Es igual en su día a día?

–El minimalismo, para mí, nunca es una cuestión de austeridad o limitación, sino de pres

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