Ciudad Juárez.- En tiempos donde casi todo deja rastro, algunos delincuentes todavía creen que borrar mensajes de WhatsApp es suficiente para desaparecer su huella. El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo, demuestra lo contrario, pues la tecnología que utilizan hoy las autoridades puede reconstruir una operación paso a paso incluso cuando los agresores intentan ocultarla.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana presentó una cronología precisa del ataque, armada con cámaras, análisis telefónico y los propios mensajes que el grupo criminal dejó en sus dispositivos. Esa evidencia permitió confirmar que el homicidio no fue un arranque violento, sino una acción planificada, con monitoreo constante, presión interna entre los integrantes y supervisión digital.

See Full Page