La convivencia con cachorros puede resultar desafiante. El caso de Taylor, una labradoodle de un año y medio, ilustra cómo la energía y la curiosidad de algunos perros jóvenes pueden superar la paciencia incluso de personas dedicadas .

En parques, Taylor considera cada objeto como propio, lo que provoca escenas que se repiten con una frecuencia capaz de agotar a cualquier dueño.

Dentro del hogar, cualquier descuido permite que Taylor salte sobre la comida, escape a otras habitaciones o intercepte bultos en movimiento. Su combinación de impulsividad y apetito convierte cada comida familiar en un desafío constante.

Adolescencia canina y exceso de estímulos

Para entender estas conductas, Katie Bodsworth , coordinadora de adiestramiento en Canine Partners y experta en compor

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