Lola y Javier Ripa Ripa han alcanzado una cifra redonda: 30 años trabajando codo con codo en el negocio familiar que levantaron por iniciativa de su padre, Martín Ripa Lizarraga en un pueblo de Navarra.

La historia arranca en la Semana Santa de 1995 en la ciudad del Ega, cuando aquel proyecto que habían supervisado desde los cimientos abrió sus puertas para no cerrarlas jamás. “Fue el 11 de abril del 95, Jueves Santo. Se llenaron todas las habitaciones. Lo tengo grabadísimo”, evoca Lola con una claridad que no ha perdido fuerza pese al paso del tiempo. • El nuevo restaurante de comida para llevar que triunfa en un pueblo de Navarra: “Estamos de bote en bote”

El segundo capítulo de esta trayectoria se escribe en el Hotel Yerri, en Estella, el establecimiento que desde entonces se ha con

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