La industria cosmética avanza a un ritmo acelerado y, en esa búsqueda constante por frenar el envejecimiento, muchas veces aparecen ingredientes que generan intriga y escepticismo. Tras modas que fueron desde la baba de caracol hasta el veneno de abeja, la nueva tendencia global se centra en un componente que ya genera conversación en redes y consultorios estéticos: los polinucleótidos de salmón, popularmente conocidos, aunque de forma incorrecta, como “esperma de salmón”.
El término, llamativo y confuso, se viralizó a partir de bromas y comentarios de celebridades, incluida Jennifer Aniston. Sin embargo, especialistas aclaran que el tratamiento no utiliza células reproductivas ni material biológico crudo. El verdadero protagonista es el PDRN (polidesoxirribonucleótidos): fragmentos de AD

La Voz del Interior
ELONCE
Infobae
AlterNet
New York Post
Alliance Review
Massillon Independent
Raw Story