El pescado es uno de los alimentos más valorados por los cardiólogos a la hora de cuidar el corazón. Su aporte de ácidos grasos omega-3, proteínas magras y minerales esenciales lo convierte en un componente central de una alimentación equilibrada.

Estudios recientes sostienen que su consumo regular ayuda a reducir el riesgo de infarto, arritmias y enfermedades coronarias.

A diferencia de las carnes rojas o procesadas, el pescado contiene grasas poliinsaturadas saludables que contribuyen a mantener las arterias flexibles y a disminuir los niveles de triglicéridos.

Además, es fuente natural de vitamina D , zinc, selenio y yodo, nutrientes que favorecen la función celular y el metabolismo energético.

Los especialistas en cardiología advierten que no todos los pescados ofrecen

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