Ciudad Juárez, Chih.- El amanecer de este viernes volvió a mostrar la crudeza del carjacking en Ciudad Juárez. A unos metros de la caseta del libramiento Tornillo-Guadalupe-Samalayuca, elementos de la Guardia Nacional encontraron una van Chevrolet reducida a esqueleto metálico, todavía humeante. Había sido robada la noche anterior mediante violencia. Esa violencia que, para quienes la padecen, se clava en la memoria como un disparo silencioso: un arma apuntando al rostro, un grito, un portazo, y la vida que en un segundo parece desvanecerse.
Cada víctima repite la misma escena. El corazón se dispara, las manos tiemblan y en el retrovisor aparece la mirada asustada de los hijos que viajan en el asiento trasero. Muchas familias completas son sorprendidas en el camino. El daño no termina c

El Diario de Chihuahua

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