La expresión latina Sapere aude , traducida como “atrévete a saber”, se volvió un lema asociado a la autonomía intelectual y al pensamiento crítico. Su historia atraviesa la literatura clásica y la filosofía moderna.

Su uso original se encuentra en el poeta romano Horacio , en su Epístola II del “Epistularum liber primus”, cuando escribe: “Dimidium facti qui coepit habet: sapere aude; incipe!”.

Traducido al castellano, la icónica frase dice: “Quien ha comenzado ya tiene la mitad de la obra: atrévete a saber; empieza”.

Traducido al castellano, la icónica frase dice: “Quien ha comenzado ya tiene la mitad de la obra: atrévete a saber; empieza”.

Ese primer uso del lema respondía a un contexto literario y moral, exhortando al lector —y al amigo al que iba dirigida la epístola— a

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