"Suena descabellado, imposible y absurdo ", aseguró David Finn, en las últimas horas, cuando le consultaron por las acusaciones del Departamento de Justicia de los Estados Unidos contra su patrocinado, Gavin Weisenburg. Pero los adjetivos que utilizó para expresarse bien podrían aplicarse a su defendido y a otro joven que atraviesa una misma situación: estos dos texanos, de 21 y 20 años, son acusados por la justicia federal estadounidense de planificar durante más de un año un golpe de estado en una isla de Haití a llevar a cabo con indigentes de Washington y, una vez logrado, esclavizar a mujeres y niños. Además, ambos enfrentan otra acusación por pornografía infantil.

Claro que suena descabellado y absurdo, y para que se tornara imposible, a pesar de lo anterior, intervino el Dep

See Full Page