El impacto del cambio climático sobre la agricultura canaria hace tiempo que dejó de ser una previsión . Es una realidad consolidada que condiciona las decisiones de siembra, la elección de variedades, las zonas donde se planta y la capacidad de mantener producciones históricas. El sector trabaja desde hace años bajo un escenario que combina temperaturas anómalas, estaciones desdibujadas, sequías prolongadas, golpes de calor fuera de temporada, vientos más extremos y episodios de lluvia concentrada que dañan más que ayudan. La cuestión ya no es si el clima afecta al campo, sino cómo los agricultores están intentando adaptarse en medio de una inestabilidad que no da tregua.
La palabra que más se repite en el sector es «incertidumbre». No saber qué va a pasar de una semana a otra dificul

La Provincia

OK Magazine
New York Post
Just Jared