Sospecho que la ilusión de gobernar un país, a través de elecciones transparentes, está siendo pervertida por algunos mercaderes. Postular debiera ser un servicio, por lo que ponerle precio a esta posibilidad no solo limita la participación de los peruanos más preparados, sino que propicia que, por un lado, se creen agrupaciones políticas para lucrar con las candidaturas y, por el otro, se presenten aquellos que busquen hacer el negocio de sus vidas.

Claro, no se ha descubierto la pólvora al conocer que algunos partidos políticos le han puesto precio a las candidaturas para diputado y senador. Sin embargo, antes eran montos simbólicos para los postulantes a congresista, alcalde y gobernador, entre 1000 y 2000 soles, a modo de filtro para no llenarse de impresentables sin convicción de ser

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